viernes, 28 de octubre de 2011

La pérdida de valores y la impotencia

Buenas noches, lectores. Me encuentro aquí en esta página en blanco para comenzar un nuevo blog con pensamientos aleatorios. Cosas que me dan vuelta en la cabeza. Al tratarse de un torbellino de cosas que tengo en la cabeza, las publicaciones pueden salir medio desordenadas. Pido disculpas por adelantado por ello.

En esta oportunidad voy a hablar de lo que a veces hace la gente y de lo mal que nos cae cuando no podemos hacer nada para revertir la maldad o ventaja (también pensada con maldad) que infructuosamente tratamos de revertir día a día.

Empecemos por el clásico ejemplo. En un medio de transporte público regular (para diferenciarlo de aviones, barcos, yates, etc.) sube una embarazada, una mamá/abuela/padre/etc. con un/a niño/a pequeño/a y todos dan vuelta la cara, se hacen los dormidos como por arte de magia. Los pocos que van sentados en un atiborrado colectivo ni se percatan. En varias ocasiones (no todas porque afortunadamente no todos somos desubicados) es una persona mayor la que termina dando el asiento. La misma lo hace con un "me bajo en la próxima", cosa que sabemos que en la gran mayoría de los casos no es así. O si no, cuando tiran basura "por que no les sirve". Flaco/a, tenés un tacho de basura cerca seguro. Más si estás en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y si el tacho está a 20 kilómetros o más, te lo guardás y lo tirás cuando encuentres uno o llegues a tu hogar. Honestamente dudo mucho que en tu lugar tires boletos, papeles y demás al piso. ¿O no te enseñaron que no se hace? Una amiga con la que pude volver a ponerme en contacto hace poco (si vos, Gaby) me contó que en un viaje que hizo a un país (no recuerdo cuál) probó de tirar un papel al piso a ver qué pasaba. Inmediatamente le informaron que se le había caído un papel. Al contestar que no le servía, la otra persona le dijo "Bueno, a nosotros tampoco. Levántelo". Cabe aclarar que en dicha ciudad las calles era impecable, así como la educación de la gente.

Es bien sabido que en los andenes de los subtes no se puede fumar por ser un lugar cerrado o, en su defecto, con poco ingreso de aire. Además de estar señalizado en algunas estaciones, me parece de sentido común. Ante mi mirada de culo, algunos lo apagan. Si nosotros respetamos vuestro derecho a fumar, ustedes deberían respetar nuestro derecho a no hacerlo.

Cuando uno está haciendo la fila para el supermercado y "no te ven", cuando resulta ser que estás operado y caminando con un bastón, o sos una futura mamá con una panza que se ve a dos kilómetros como mínimo. "Disculpame, no te vi. Si no te hacía pasar". Hablando de supermercados, otra cosa que hacen (o al menos me hicieron a mí) es que te venden objetos defectuosos y cuando los vas a reclamar te dicen que no porque era hasta el día anterior. "Son 14 días para objetos de bazar". Claro, pero en ningún lugar dicen que son 14 días. Encima querían que fueran 3 (aplicable solamente a objetos de electrónica en dicho lugar). Así que muy lindo con los 14 días, pero no vendan objetos que se oxidan cuando dice bien clarito en el mismo que es de acero inoxidable.

Así podría llenar muchas páginas, pero ando medio falto de recuerdos de esta índole ya que trato de no darles mucha importancia y seguir adelante cuando no hay nada que se pueda hacer al respecto. Pero los tengo que sacar afuera de alguna forma.

Saludos,
Un pensador aleatorio.